Hoy amanecí con las noticias, de nuevo Haití. Cada día que pasa, las imágenes desgarradoras de una ciudad en caos hacen que me sienta una inútil, cuánto diera en estos momentos por ser médico, fisioterapeuta, no sé… creo que hasta me contentaría con ser una manzana.
No he podido hacer casi nada; donar sangre, que es lo que usualmente hago, es ahora imposible, mis glóbulos rojos se resisten a cooperar. Me siento impotente.
Actualmente no sé si rezar sirva de mucho, no estoy segura siquiera que Dios exista; sin embargo, si está ahí, si realmente existe, tengo una petición que hacerle: Haití necesita algo de amor… por favor, dáselo.
desgraciadamente los problemas fronterizos nos limitan demasiado, a veces las fronteras son internas, en fin, aunque suene algo cursi, no nos queda a muchos otra opcion que rezar, y apoyar, aunque sea moralmente, a todo aquel que proponga ayudas, fuese cuales fuesen, a la causa…..