Aquella tarde nos encontramos en un pedazo del muro que recubre mi ciudad… nos sentamos a ver la puesta de sol a las puertas del mar. Mientras, él me lanzaba preguntas dardos e insistía en escuchar aquellas respuestas prohibidas que sólo un extraño puede sacar. La primera versaba acerca de lo que yo creía más... Leer más →