Últimamente, de noche, me visita un escritor… o más bien un juglar de historias, que sólo escribe cuentos para enamorar muchachas. Le robó el trineo de estrellas al Principito y suele tocar a mi puerta cuando la Cenicienta se va a dormir. No soporta que lo espíen ni la Luna ni las nereidas, por eso se llena el cuerpo de algas para despistar sirenas. A cambio de besos transcribe secretos. Su precio- cual mercenario- depende de la relevancia.
La «mujer mariposa» se trató del último, me salió bien caro.
Según su relato, estos seres mágicos tienen los orgasmos con el corazón. Y los temblores del mismo son los que le vuelan el alma.
Luego de pagar cien besos me acosté a dormir. Al amanecer soñé que me nacían alas.
Hermoso!
Saludos 🙂
Gracias… por convertirnos en mariposas todas 🙂
Es tan pero tan maravilloso cuando comienzan a brotar las alas 😉
Estoy 100% de acuerdo.
😉
Reblogueó esto en sara33ia.
Hermosoo!!
Gracias