Catarsis

Y a veces pasa que me entran ganas de llorar, así, como por amor al arte. Y me escondo en la escalera, donde nadie me ve, y haciéndome una bolita me desarmo en lágrimas. Sucede al menos un par de veces al año. No puedo evitarlo, cada vez que ocurre me entra una impotencia de... Leer más →

El Accidente

Hoy tuve miedo. Me mordió la garganta en el mismo momento en que dijeron: accidente.   No es un sueño, estoy despierta. Las marcas de la mano abierta lo señalan. A lo lejos frena un almendrón. Cierro los ojos. El cerebro descubre a la ambulancia. El sonido… el puto sonido lo difumina todo.  La bicicleta... Leer más →

Only fools rush in…

Wise men say Only fools rush in But I can't help falling in love with you Shall I stay? Would it be a sin If I can't help falling in love with you? Ann es de esas mujeres que no sabes aún si llamarlas niñas. Se pierde en las canciones como si su cuerpo se... Leer más →

Sexo débil ni sexo débil…

Ilustración: Néstor Blanco Cuando era niña, recuerdo que pensé en más de una ocasión que quería ser varón. No me gustaba andar en vestidos —es imposible subir a los árboles con vuelos en las rodillas— y odiaba que me dijeran “las niñas no juegan a la pelota”. Con lo buena que era yo con un... Leer más →

El poema ciego

La verdad es que, desde hace ya algún tiempo, quiero escribir un poema. Uno triste, doloroso. Que hable de ojos azules que se convierten en mar o de ojos verdes que esconden selvas. También se aceptan versos de ojos negros. Palabras con ojos que acosen a sus víctimas antes de matarlas. Que absorban la luz... Leer más →

Welcome back

Sucede que el tiempo, de vez en cuando, sí que regresa. Y desde el mismo punto en el que le diste pausa, comienza de nuevo, como si nunca se hubiera detenido. Con los amigos y la distancia tiene un acuerdo, cuando la segunda se acorta, pone un rewind al casette (de esos con cinta) y... Leer más →

Permiso, aquí me bajo

Se deja de escribir cuando el mundo comienza a girar y uno es el que no se mueve. Cuando las vueltas te cierran los ojos y el viento -ese mismo que antes te levantaba la falda para regalarte silbidos- te desata los cordones. Y te caes, por supuesto, y la calle te desangra los tobillos.... Leer más →

Choque de trenes

Hace varios meses que no entro a mi casa antes de las 8 de la noche: el trabajo, el transporte, la distancia … Por x o por y, las luces de mi terraza sólo se prenden después del noticiero. Antes, solían esperarme inquietas, irradiando luz. Como uno de esos cocuyos que sirven de guía cuando... Leer más →

Había una vez (en tiempos modernos)

-Ya a los niños -comentaba mi vecina ayer- no hay quien les lea antes de dormir. El otro día, por ejemplo, Sofía me preguntó que por qué Blanca Nieves le hacía todo a los 7 enanos, que si ella no había oído hablar del feminismo. Me quedé fría. No, y a Juanito no hay quien... Leer más →

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