Mi versión de un príncipe azul

Cansada de esperar mi príncipe azul he decidido inventármelo.

No tiene que ser un caballero en traje Armani ni andar en un brillante Ferrari blanco (esto es el equivalente a la brillante armadura y el caballo blanco de otros tiempos).
Tampoco tiene que tener una inmensa mansión en Miramar ni una tía que trabaje en algún hotel (me refiero, por supuesto, al palacio y al hada madrina).

Mi príncipe azul lo quiero armado con un buen cerebro y con una escolta de palabras inteligentes. Quiero que venga vestido con ocurrencias y que cuando cualquier hermanastra o princesa de otro reino (muchachas poco agraciadas pero con el encanto del dinero) lleguen a su baile y le ofrezcan unas cervezas (es lo actual) se sonría y las rechace.
Mi príncipe azul puede ser rojo, blanco, verde… hasta puede tener chispitas doradas, no me importa. Tampoco tiene que ser alto y fuerte (eso sería un bonus extra).

Lo único que busco es un príncipe con ideas propias… un príncipe que me acepte tal como soy.
¿Acaso pido mucho?

14 comentarios sobre “Mi versión de un príncipe azul

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  1. en resumen… pides fidelidad y entretenimiento… es así? El «Quiero que venga vestido con ocurrencias» sugiere un malabarista que juegue con tus pupilas con habilidad… seguro que quieres «un príncipe con ideas propias»? Estarías dispuesta a aceptar que exijan lo mismo de ti?

  2. En un país donde X por ciento (X es mayor que 50+1, o sea, la mayoría) de los hombres aún guardan bajo la cama, mal disimulado, el mazo de los cromagnones… te va a costar trabajo. Te lo he dicho varias veces. La inteligencia femenina tiene un precio. Pero mientras aparece, sigue viviendo a tu manera… y los demás que aguanten.

  3. En estos tiempos tan convulsos que corren que imponen un ritmo de vida diferente no nos mostramos como realmente somos, a veces dejamos a un lado lo del príncipe azul y nos convertimos en un ogro dentro de una cueva.
    Quizás ese príncipe sea como la princesa Fiona pero a la inversa: en ogro durante el día por las cosas que tiene que lidiar en el trabajo, en la vida… y humano durante la noche cuando este contigo y te llene de amor.
    No pierdas la FE y sigue buscando tu príncipe que no será perfecto pero que te llene de las cosas lindas que tanto te gustan.
    PD: pero no esperes tanto que te quedes para vestir santos…

    1. Rale, bienvenido a mi pedacito.
      Este post significó mucho para mí en un momento determinado. Fue uno de esos momentos en los que piensas que nadie te comprende, que no vas a acabar de encontrarte a alguien que te guste y que no quiera tranformarte en una muñequita de porcelana.
      Ahora ya dejé de buscar, sé que los príncipes azules existen… solo que aparecen cuando menos los esperas.
      Mientras tanto seguiré saliendo con los ogros 😉

      1. Quien sabe, como en los cuentos de hadas puedas convertir con un beso de amor a tu ogro en un príncipe azul y ser feliz para siempre.

  4. Lo importante de los príncipes azules (y, ¿por qué no?, de las princesas rojas también) no es que existan, ni siquiera es importante toparse con ellos una, dos o mil veces. Tampoco es importante si aparece cuando menos lo esperas o si se puede prever su llegada. Ni siquiera tiene mucha relevancia cuánto se parezcan al «modelo», o cuán fieles hemos sido a ellos (antes, durante o después de haberlos conocido), o si los merecemos o no, o si nos los han regalado el destino o si ha sido casualidad…
    Lo importante es dejar a un lado el orgullo, los miedos, los convencionalismos (o prejuicios, si a alguien le suena mejor), las ideas que de tanto tiempo que nos han acompañado las tomamos como verdades absolutas, y otras muchas cosas… Inútiles… Y finalmente agarrarlos con todas nuestras extremidades, las físicas y las espirituales, y no dejarlos ir, y no huir.

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