Ella, sentada en su escritorio, mira furtivamente. No sabe que desde mi esquina la observo. De repente, con siniestro misterio rebusca en su bolso y me vuelve la espalda. Me asusto… ¿llevará un arma?
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Ella, sentada en su escritorio, mira furtivamente. No sabe que desde mi esquina la observo. De repente, con siniestro misterio rebusca en su bolso y me vuelve la espalda. Me asusto… ¿llevará un arma?