Son las 5 de la mañana y mi vecino el gallo no deja de recordármelo. Cada 10 minutos me avisa que me levante, que ya es tarde. ¡Maldito gallo!, ojalá lo hicieran sopa. Adormilada, me levanto de la cama y, mientras en la oscuridad busco el par de chancletas que anoche dejé en algún lugar... Leer más →