Leo y me estremezco. Las palabras encienden mi piel y el pulso se me acelera.
La imaginación despliega sus alas y comienza a elevarse. La cercanía de su presencia me excita, su olor se va acercando y mi cuerpo comienza a temblar.
Los labios se humedecen y los ojos brillan, las manos se entrecruzan y a su tacto todo parece febril.
Lejana, una voz pronuncia mi nombre:
-Marian, Marian… MARIAN!!!!!
Me volteo y mi madre me mira con cara de ¿qué demonios estás haciendo?
Apenada bajo la cabeza.
Definitivamente leer literatura erótica en la mesa del comedor es algo que no se debe hacer.
Ufff pelirroja y con esas lecturas…mejor no pienso en eso!
Mejor piensa en la Nutella que me debes. 😛
Jajajaja, definitivamente aún aprendes a comportarte…. ya sabes, para la próxima aprovecha la intimidad de tu cuarto….
Creo que tienes toda la razon del mundo aunque a decir verdad no se si leerla solamente eso esta mal ahora si te digo que efectivamente disfrutarla eso si esta mal en medio del comedor, jajajajaja
papi, tú no debes decirme esas cosas… me pongo roja!!!!!!!!!!!!