Nadie lo está mirando, se ha cerciorado de eso 2 veces. Disimuladamente se acerca a la pequeña lagartija que asoma la cabeza en el pequeño ciprés de la esquina. Suéltate bicho, yo te cuidaré!! Que te sueltes largartijita, no te voy a hacer daño!! Te ves tan feliz... Lo estás? ...Yo no.