Según la leyenda, en un hospital de Hiroshima, una niña murió a causa de las secuelas de la Bomba Atómica. Antes de morir, plegaba grullas de papel esperanzada de recuperarse, ya que una antigua creencia japonesa asegura larga vida y felicidad a quien haga mil de estas aves.
La muerte de la joven causó una fuerte impresión en sus compañeros que, tomando conciencia del horror de la bomba, decidieron levantar un monumento para confrontar el alma de su amiga y expresar sus deseos por la Paz.
Este sábado que pasó, en La Habana, nos reunimos un grupo de personas para intentar llevar a cabo la proeza de elaborar 1000 grullitas de papel. Solo llegamos a 200, éramos muy pocos, y hacer origami no es tan fácil. Quedamos en reunirnos de nuevo, esta vez reclutando más integrantes.
La idea es regalar una caja con estas aves a la embajada de Japón, como una muestra de solidaridad con el pueblo nipón que tanto ha sufrido este año.
La próxima reunión será pronto, ayudarás con tu presencia??
Un pedacito de Mar 
Aquí se hicieron unas cuantas grullas para el proyecto en un festivla de origami que se hizo el miercoles pasado. Yo no se hacer nignún origami excepto mi preferido barquito de papel.
Me enteró por ti de esta BELLA (CON SUPERMAYUSCULAS) iniciativa, amén del barquito de papel en materia de origamis solo se hacer un clavel no muy sofisticado, nos unimos él y yo, donde y cuando ? y hablo muy en serio..
Lo de menos es el tipo de origami que sepas hacer, ahí te enseñan, la idea es terminar las 1000 grullas.
Y no te preocupes, yo te aviso. Siempre es bueno reunirse por una buena causa.
Gracias por unirte.
que idea tan original y humana, los felicito
Lo mejor de todo es que es puramente idealista. Este regalo no es caro, no es único… es esperanza diafrazada de origami.
También está la historia de Héroes: Hiro detiene el tiempo para hacer 1000 grullas que curen a la pelirroja memoriona, el amor de su vida…
Una relación de uno a uno…
En nuestro caso es de muchos a muchos, pero al final el propósito es igual de tierno… 🙂
Sí, supongo que todos los que estuvimos presentes somos una especie de Hiros, tratando de curar a alguien que de veras lo necesita.
Espero que para la próxima reunión se nos sumen más.
Vaya en mi aliento una grulla camagüeyana. Que toda buena causa se parece: ¿No ves cómo el Terry de que hace poco hablamos está allí también, corriendo con alas por Japón?