En algunos momentos…

Miento cuando te digo te amo.
Miento cuando digo que te seré fiel.
Miento cuando aseguro que eres el mejor amante.

Miento…

Sin embargo, cuando te miro a los ojos y te beso.
Cuando te abrazo y me entrego desnuda,
cuando en las noches te hago el amor… la verdad se me desborda.

No, puedes estar seguro que en esos momentos, no miento.

15 comentarios sobre “En algunos momentos…

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  1. Supongo que si en los momentos más importantes no mientes, él debe ser feliz: esas verdades son las que tienen verdadera importancia. Pero te sugiero que consideres mantener las mentiras: pueden resultar muy dañinas, incluso si son solo palabras.

        1. Por qué ceder?… por qué simplemente no aceptar a alguien como es con todos sus matices?
          con su honestidad, con sus mentiras.. con su alma.

  2. Porque no somos perfectos… El problema llega si cedemos demasiado. Pedir la verdad no es ceder demasiado, al contrario.
    Podemos aceptar a alguien con todos sus matices, ¿pero cómo hacerlo a través de mentiras?
    ¿Cómo podemos aceptar los matices de una persona si no nos los muestra, si los esconde detrás de mentiras?
    Además, tú mismo lo has dicho. «¿Por que simplemente no aceptar alguien como es?» ¿Y si ese alguien es una persona que NECESITA la verdad?

      1. La verdad y la mentira en realidad no son cualidades de las personas, no son «matices del alma». La verdad y la mentira son ELECCIONES de los seres humanos. Las personas no mienten porque les guste. Siempre hay una razón: puede ser para no lastimar o por temor a no ser comprendido o para hacer daño o para buscar poder o por tristes convenciones sociales o por cobardía o por… Muchas otras cosas…
        Pero, en última instancia, decir mentiras a alguien con quien la verdad se te desborda mientras le haces el amor o mientras lo miras a los ojos… Está mal. Tarde o temprano lo que se desborda es la confianza; y cuando las personas sienten que no pueden confiar en otras personas… Todo queda irremediablemente destruido…

  3. Si te conozco un poco, lo mínimo, sé que en esos momentos es muy difícil mentir. Y afuera, despierta y vestida, tampoco es tu costumbre la mentira, aunque la usas, como todos. Ingenuos los que siempre se visten de verdad.

    1. B, por supuesto que me conoces, y me atrevería a decir que más que un poco. Eres un buen amigo, qué felicidad volverte a encontar por aquí, se extrañaban tus comentarios.

    2. Ingenuos no. Los que siempre se visten de verdad son capaces de integrarse con la humanidad de la manera que debería haber sido siempre. Y los que son capaces de decirle TODA la verdad a alguien y recibir lo mismo a cambio (no importa si son amigos, novios, padres, hijos o amantes) tienen uno de los mayores poderes que existen.
      Claro, para eso eso falta total comprensión de ambas partes. ¿Imposible? No lo creo.

  4. Los seres humanos a veces nos complicamos más de la cuenta. Déjenme dejar claro lo que creo al respecto de todas las ideas que creo que hay en este post, tanto las que se exponen literalmente como las que pudieran deducirse si se agarra un camino alterno.
    En una relación entre dos personas (sea amistad, noviazgo o whatever) NO es conveniente mentir, porque una de las bases principales es la confianza.
    Si la verdad se te desborda cuando lo miras a los ojos, entonces no creo que mientas cuando dices que lo amas.
    Si aseguras que es el mejor amante cuando no lo es, entonces deberías intentar convertirlo en el mejor amante, para que se supere a sí mismo; con mentirle NO resuelves nada.
    Si quieres hacer el amor con otras personas a parte de hacerlo con él, NO está bien que le mientas. Es mejor compartir tus deseos con él. Si no te comprende y no estás dispuesta a hacer un sacrificio por él… «que se joda».
    Fidelidad, en pleno siglo XXI, no es «solo te beso y te abrazo a ti y solo hago el amor contigo», fidelidad es prometer que vas a estar ahí para él, no importa que ocurra, porque piensas y sientes que vale la pena; y es un contrato que solo dura mientras sus «firmantes» lo estimen conveniente. Es absurdo hacer este tipo de contratos «para toda la vida». La gente cambia, el mundo cambia, y si uno no se ajusta a esos cambios le ocurre como al farolero de El Principito.
    fiuuuuu…
    ¡Qué va! Con comentarios como estos creo que es mejor hacer un post en otro lado y poner aquí el link 🙂

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