Cuando me miras a los ojos y me besas (como dijera Carilda) me desordeno.
Cuando me susurras al oído que me quieres, cuando me acaricias, cuando por la noche (o por la tarde, o quizás en la mañana), me haces el amor… o te lo hago, eso depende, (como dijera Carilda) me desordeno.
Me desespero al pensarte, al amarte, al soñarte… Las flores no son tan bellas si no vienen de tu mano, las sonrisas pierden su encanto si no son las tuyas, la Luna pierde su toque de misterio… y las amarguras… bueno, ni Chavela Vargas me cura las amarguras con su canto.
Si no estoy a tu lado (como dijera Carilda), me desordeno.
Bendita Carilda!
Ellos nos desordenan y ella nos da ese consuelo dulce y sexy de sus versos más visionarios…
es que todas nos desordenamos pero… cómo decirlo?
Oh! «la mano lúbrica y turbada»!
ufff! me encanta! me encanta el desorden, me encantan ellos y me encanta Carilda!
🙂
Desordenada 🙂
Lubricada…
… la mano.
lúbrica=lubricada… siiiiiiiiii! embarradaaaaaaaaaaaa! jajajajajajaja!
pervertidos… deliciosamente pervertidos.
y a mucha honra! y eso que no estamos en la misma habitación, lol
Divina Carilda o mejor aún desordenada Marian
Me gusta más desordenada Marian 🙂
Justamente por eso digo que mejor aun tu apetecible desorden
Bueno, pues las dos entonces: divina Carilda y desordenada Marian. Aunque tienes razón, ya Carilda se ha desordenado, ahora te toca a ti…
🙂
Hace poco estuve apunto de «desordenarme» también, pero al final… Cosas de la vida 😀
por qué será que las cosas de la vida siempre vienen a joderlo todo??