“En cierto modo, la vida es como el jazz… es mejor cuando improvisas”.
George Gershwin (1898-1937)
Estaba segura de no haberlo visto en ninguna parte y sin embargo, aquel viejo saxofonista que arrastraba su instrumento se me hacía familiar a medida que sus pies levantaban el polvo del camino. Cada cana me recordaba una nota, cada parche una canción… Yo los veía andar juntos, mientras el cansado saxofón se deshacía en batallas contra el tiempo, perdiendo su brillo dorado de otras épocas, el anciano músico dejaba la tristeza de sus notas en cada tropezón.
Y los observé por muchos años… cada día más viejos…cada noche más oxidados… De cada tropezón me fueron quedando melodías, de cada melodía notas… Poco a poco me fui enamorando de los parches y las canas, de los herrumbes oxidados y el polvo del camino. Me enamoré de la música que representaba aquel hombre viejo y su instrumento antiguo… me enamoré del jazz.
lindisimoooooooo, niña me fascina la capacidad para expresar toda la sensibilidad que llevas dentro
Gracias 🙂
jazz is non plus ultra in my spiritual way of life…con unas notas de Charlie Parker y otra pizca de algo mas yo comence mi blog 😉
la suerte mía es tener un padrastro jazzista 🙂
yo también, yo también me anamoré del Jazz….justo ayer me regalaron unos discos de Jazz y soul…te los llevo a La Habana cuando vaya!
Eso Leydi… y yo te invito a un café y te copio los discos de mi padrastro 🙂
ahora que lo pienso, no te pedí música. tenemos que arreglar eso pronto. Voy a ir haciendo una lista…
R
Bueno, por cada elemento de la lista apunta un café… de lo contrario no hay trato 🙂
Bonito amor niña ese que tienes, y es que los hay así, tan musicales. Y suerte tener un padrastro jazzista, te lo dice sinceramente un frustrado, que no sabe tocar ni el triángulo.
Pobrecito, si quieres te enseño lo poquito que aprendí de batería.