-Desde la altura -me decía- La Habana se ve mejor. Dulce, tranquila... como aquella tarde en que te conocí. El faro del Morro, tan acostumbrado a los secretos, grabó la frase en los cañones herrumbrados que apuntaban a la bahía. Yo, tan distante de su abrazo como de sus recuerdos, solo atiné a sonreír. Nunca... Leer más →