A veces, cuando camino, me imagino las historias de las personas que se cruzan en mi andar.
Una vez, sólo una vez, me invadió tanto la tristeza que, en medio de una parada, comencé a llorar. Me dibujé tan detalladamente la vida de aquella mujer que las lágrimas se me salieron solas. No pude hacer nada para evitarlo… incluso cuando sabía que la historia que tanto me entristecía la había inventado toda en mi cabeza. Dicen mis amigos que es porque soy una persona muy sensible, yo pienso que es porque tengo algún tornillo suelto.
En fin, de aquella mujer que tanto me impresionó jamás volví a saber. Si damos crédito a mi desbordada imaginación debe estar ahora en alguna institución mental llamando a gritos a sus hijos perdidos. La verdad es que trato de no pensar mucho en ella y cada vez que paso cerca de algún hospital psiquiátrico, vuelvo la cabeza por miedo a descubrirla (nunca se sabe).
A veces, cuando camino, me imagino historias… generalmente un poco más divertidas que esta.

Yo creé un «regalador de palabras» tengo dos relatos en el blog, quizás los hayas leído.
Iba de algo parecido a lo que cuentas, el protagonista entregaba notas a las mujeres con la que se cruzaba, para sacarles de su tristeza o la tristeza que él veía o creía ver.
Un Saludo.
Un saludo de vuelta Alberto. En cuanto a su “regalador de palabras”, bueno, es genial que de vez en cuando algunas historias se entrecruzen.
Beso.
Y esta historia varió del original manuscrito. Y creció. Y hasta me gusta :P.
R
Gracias Mim… Rafa. Gracias 😉
I. HATE. YOU.
I know you don’t
Por un lado creo que es traspasar a los demás demonios de tu propio interior, pero por otro lado al leer esto uno se siente orgulloso de pasar la vida a tus pies 😀
Orgullosa me siento yo, señor D, al tenerlo usted tan cerquita entre mis pies. A usted, que es un líder de opinión!!!
Pero de poca monta 🙂
me la lees de nuevo??? 😉
me gusta tu historia, esta que te hace llorar, las que te hacen reír, me gustan tus historias.
Y a mi las tuyas… mucho muy!!! 🙂
Ah!, pues qué bien que seas tan irracional, Marian. Mira, tus historias nos salvan a muchos del tedio de una tarde de viernes. Además, quién quita que tú seas también una muchachita loca y llorosa en la historia de cierta mujer que nunca más te ha visto??? A saber por dónde vuelve la cabeza para no verte.
Pues ojalá me imaginen en los teatros… me encantaría subirme arriba de un escenario a monologar… aunque sea en sueños.
ah! sí, por algún lado leí que habías hecho teatro alguna vez, qué heavy! como dicen los dominicanos (como qué chévere, o algo así jajajaja). Mira, ven a Camagüey el próximo festival de teatro, que te va a encantar, dale!
me avisas cdo sea!!!
¿Qué historia crees que se haga alguien que te vea por primera vez? Una historia sobre tí claro.
Quién sabe?? Qué historia crearías tú?