Andaba sentada en un parque cuando me golpeó en el rostro la historia. Me dió de lleno en el alma. Temblé, como las hojas que arrastra el invierno, y par de gotas frías se deslizaron por mis ojos.
Nunca me había sentido una intrusa hasta esa tarde, el tiempo se me escapaba de las manos mientras espiaba la conversación de aquellos hombres y anhelaba descubrir el final como si de aquella historia dependiese mi vida.
Me imaginé enredando sueños a 4 brazos, ausentándome de culpas ajenas y disfrutando, sin ningún complejo, verme dibujada en la mujer de otro. Me sentí, simple y llanamente, la protagonista ausente.
muy lindo mar… un beso
tú eres y seras siempre una protagonista querida
Pues Carlos… si sigo leyendo cuentos como este me voy a convertir en sal.
yo intentaría ser mar para resguardarte, pero tú eres mar, así que yo puedo ser sal. sigue leyendo querida, sigue leyendo
Quién no ha soñado con esto? Quién no ha pretendido despegarse de sus huesos y vestir los de otro?
En cierto Rosana… los seres humanos somos unos inconformes.
Lo complicado del caso es que mientras tú vivías esa vida, en otro parque una muchacha (que ni tú ni yo conocemos) creía a esa hora que ella, y nadie más que ella, era Marian.
Habría que preguntarse cuál de las dos tendría más protagonismo en la historia.
Tuve el privilegio de hacer de este post una lectura distinta, y quedarme con detalles que no fueron escritos. Las hermanas somos afortunadas, verdad? Te quiero. Tengo la mirada pegada al techo, tal como me enseñaste….pero…
Nada de peros, que no los permito.
Aquí solo se admiten sonrisas a la N.
claro que las hermanas somos afortudanas… yo tengo tremenda fortuna entre mar, ojos a la N, tintineos… las quiero!! (Ny, tenemos ventajas sobre las demás personas: nos contamos o leemos nuestras historias antes…sin temor a plagios, puaf!!)
No seas chismosa niña, es más… no te leo más nada antes de tiempo, que me echas pa’lante (como el periódico). 😛
nooooooooooooo, prometo no decir que….dije prometo??? ups, no me hagas caso, que no prometo nada…:)
Ley… a ti no te hace falta prometer nada… tú te prometes toda en tus botellas.
Eso es verdad…;)
como me gusta llegar a Un pedacito de mar y encontrar alguna historia que me has leído antes…me siento con ciertos privilegios de hermana menor pero shhhh, no le diré a nadie!!