Cada espejo roto cuenta una historia de desamor. Cada copa abandonada, cada papel arrugado… A veces, sin embargo, las historias se duermen en cajas de zapatos viejos. Y se marcan con nombres y se etiquetan con fechas.
Hay personas que en su casa tienen hasta estanterías… todas ellas llenas de recuerdos.
Mar: el laberinto es enorme: cada historia encierra mil historias.
Dime entonces querido Enrique: cuántos recuerdos tú almacenas?
Yo tuve muchas de esas cajas donde se me durmieron los recuerdo más importantes de la adolescencia. Un día, me molesté con el pasado y pretendí borrarlo a fuerza de fuego. La llama se elevó hasta el techo, gritaron mis padres y me abrazó un hombre. Ardió todo, hasta el último papel arrugado de la adolescente que fui, de las historias que amé, pero el recuerdo no se fue. Ahora no tengo caja de zapatos que sirva para echar todo este recuerdo acumulado que me pesa en la memoria.
pues descárgala en un disco duro externo… y así te liberas de exceso de bytes.
jajajajajaja. Muy buena solución! No había pensado en eso! 🙂