Eran tan amargos esos recuerdos que un día decidí abrirme las venas con la vieja navaja de mi bisabuelo. La sangre salió negra, como la tinta de tus poemas, y en ella burbujearon algunos versos. Dejar ir, (me escribiste un día) es más que dos palabras en la práctica. Yo ensayé la paradoja y, uno... Leer más →