Él, como si me conociera, comienza a escribir de mí. Y se inventa una historia dramática y me dibuja infiel, surrealista… mezquina.
Yo, agazapada en mi esquina, lo leo.
No es una historia mala la que relata, es una historia triste. Por unos instantes, me juzgo cruel.
Suele pasar… 🙂
resulta que, en relación con los actos que cometemos a diario, nadie puede tener más elementos pra un peor y más severo juicio que el que nos dicta nuestra propia conciencia…
…el problema radica en que, a la hora de la sentencia, ante la primera y más drástica medida que el impulso redentor nos lleva a querer aplicar(nos), casi siempre apelamos y finalmente decretamos una amnistía total, con absolución moral incluida jijijijiji
amén 😛
eso de la absolución moral me suena… me suena 😛
Lo importante es que escriban de ti. Formar parte de una historia, aunque seas de villana, siempre es reconfortante.
te dijo niña malaaaa??? mala mala??? no hagas caso, cuando lo vuelvas a ver le recuerdas el poema Romance de la niña mala, y punto!!
Ese Romance mira que tiene historias!!!
mmm… no he leido la historia que te formula, más no me creo que sea cierto una sola palabra de lo que dice. No sin razón, Ley habita sus botellas con tus ataques de cariño…
Eso Adanys, eso… yo le dije que su historia era una de ficción 🙂
Y gracias por llegarte al mar.