Anoche volé con Ícaro, cerca del Sol -como debe ser. Atravesar el cielo escondida en una nube no tiene mayor mérito que apuntarle con un cañón a una mariposa.
La eternidad no está hecha para los cobardes. Tampoco las alas.
Sólo vuela el que se atreve
Un pedacito de Mar 
sisisisis, Icaro.. es este que era el chofer de una guagua, no? 😛
PD: y si, al referenciar metafórica y poéticamente el místico antagonismo entre aceite y del agua… por fin, la jimagua, ¿pa kien está hecha?
Si no supiera que el hecho de trollear mi blog es tu intento de vuelo te desaprobara el comentario. Alas Antón… cambia las palabras por las alas… incluso sirve una alfombra voladora.
MAR HOLA COMO ESTAS, ME PARECE QUE ME ESTOY HACIENDO ADICTO A TUS ESCRITOS CORAZON ESE ES TU DORSAL, PUES SE TE QUEDO UNA DE LAS PLUMAS DE LAS ALAS DE ICARO
No es el mío Hitman… sólo uno similar 😉
admirare tu dorsal similar y me acostumbrare a tenerte a mi lado, una pregunta ¿de noche sale el sol?
El Sol nunca se esconde… es la Tierra la que, tímida, le da la espalda.
ha, ya, estabas persiguiendo el sol anoche, que bueno yo anoche estaba persiguiendo un virus y lo coji a las 4:00am
y no tenia alas
Hace tiempo que me suscribí a tu blog, aunque no recuerdo si te he comentado alguna vez. Pero lo de hoy me parece genial, especialmente el último párrafo.
Enhorabuena.
Gracias. Muchas gracias.
Vuela hasta donde quieras, no existen limites y sólo necesitas ganas y voluntad.
Muackisssssssss
Volar, Ana… volar… es tan duro cuando te cortan las alas!!
Me quedo con el corolario. Perfecto.
Abrazo.
Muy bueno, compañera. Me ha gustado muchísimo.
Pues muchas gracias, compañero. Se hace lo que se puede.