
Ella sonríe (como gato que se comió el canario) mientras entorna los párpados -desde este rincón sólo se le observa el rostro- y su mirada se pierde entre los arabescos del techo.
Arriba, sátiros depravados corretean detrás de ninfas semidesnudas.
No puedo evitarlo, la curiosidad me mata: ¿imaginará o recuerda?
Para mi, sin duda; recuerda! 🙂
Besos.
Yo soy de la misma opinión, querido alberto… pero bueno, como no estoy segura…
Lo que sea, poco importa, lo disfruta, y mucho, de eso va ser ninfa semidesnuda.
Y lo dice un sátiro?
Yo no te voy a responder cómo, pero yo sabía que me ibas a responder eso.
Bueno Javier querido… lo que pasa es que nosotros nos conocemos 😉