María llega para alborotarlo todo, con su pelo rojo cual bandera brinca el muro que da a la calle y, sonriendo como gata a la que le acaban de hacer cosquillas, saca de su mano un papel arrugado:
-Estás desaparecida y no me gusta si no es debajo de las sábanas.
El mensaje, críptico, le devuelve una sonrisa. Una sábana blanca le cuelga del hombro.
Es para jugar a los fantasmas – me dice a la vez que me guiña el ojo. ¿Quién sabe?, a lo mejor si no me escondo puede que le dé un buen susto.

Que sugerente en muchos sentidos.
Muy interesantes tus textos.
Saludos!!😊
Gracias… se intenta al menos 😉