La verdadera historia del diluvio

Ann tenía tantas ganas de querer, que se vistió de blanco y corrió a la iglesia. Esperaba encontrarse con alguno de esos hombres tristes que las mujeres abandonan a punto de dar el sí, pero sólo vió al cura. Ni un solo abandonado había ese día. Nadie ajeno a la alegría. Desolada, volvió a su... Leer más →

Mi segundo cuento

Como lo prometido es deuda, les dejo hoy el segundo cuento que mandé al Onelio, otra vez, lamentablemente para ustedes, les suplico las necesarias observaciones. La hierba seca no huele a alcohol A dos cuadras de mi casa se encuentra el único hospital psiquiátrico de la ciudad. No es un hospital grande y, como todo... Leer más →

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