El cartel

Hace un año, en uno de esos momentos en que parece que el mundo te aplasta, al salir a calmarme las penas con el humo habitual, me dibujó una sonrisa un cartel. Justo de la nada habían aparecido, como si alguien las hubiese pintado sólo para mí, las letras necesarias para levantarme del suelo, para... Leer más →

El vestido rojo

De vez en cuando -me cuenta María- me entran unas ganas terribles de ponerme el vestido rojo con que lo conocí. Es tan descarado el color que no puedo sino sentirme lista para la acción, me vuelven las ansias de muchachos ingenuos y salgo a la calle en busca de carne fresca… carne que me... Leer más →

¿Te beso?

Ayer soñé que me lanzaba a la calle y atiborraba de besos las bocas de los transeúntes. Ellos, asustados, se quedaban de piedra… entonces yo estallaba en carcajadas y corría con los labios hinchados a morderles las manos. Si no me besaban de vuelta les arrancaba los dedos. Uno a uno. En el sueño, volvía... Leer más →

Hoy

Hoy quiero ser en tu boca la fruta prohibida de Adán y Eva… Siempre he notado que te comes lentamente las manzanas.

Llueve y yo escucho un tango

El tango se hizo para hacer el amor. Así, categóricamente. Escuchar a Piazzolla a oscuras, en una cama, es el mejor juego preliminar. Humedece sólo pensar en la cadencia de las notas. Las quejas del acordeón argentino, cuando son arrancadas por una mano firme, se asemejan, sutilmente, a los gemidos de una mujer en celo.... Leer más →

Cesare Pavese

Vendrá la muerte y tendrá tus ojos - esta muerte que te acompaña de la mañana a la noche, insomne, sorda, como un viejo remordimiento o un vicio absurdo. Tus ojos serán una vana palabra, un grito callado, un silencio. Así los ves cada mañana cuando sobre ti sola te pliegas en el espejo. oh... Leer más →

La cleptómana

Antes de conocer a la escritora Luisa Sofovich (quien más adelante se convertiría en su esposa), Ramón Gómez de la Serna estaba enamorado de una mujer hermosa. Según cuenta en sus memorias: Era poderosa y aristocrática, pero tenía la obsesión de las cucharillas. Es esa una cleptomanía corriente sobre todo en los palacios reales, y... Leer más →

Muero de ganas

Muero de ganas de matarte el aburrimiento, de besarte los bostezos, de adelantarte las horas. Muero de ganas por tocarte la sonrisa, por cantarle a tus pupilas, por gritarle a tus mejillas. Muero de ganas... Muero de ti.

Acuse de recibo

Yo quiero una carta, una carta de verdad. Una de esas que reparte el correo con tu nombre y que desliza, como en las películas viejas, por la rendija de la puerta o la ventana que siempre está abierta. Nunca he recibido oficialmente una, no tengo recuerdos de sobres con matasellos. Sin embargo, confieso que... Leer más →

Que los ruidos te perforen los dientes

Que los ruidos te perforen los dientes, como una lima de dentista, y la memoria se te llene de herrumbre, de olores descompuestos y de palabras rotas. Que te crezca, en cada uno de los poros, una pata de araña; que sólo puedas alimentarte de barajas usadas y que el sueño te reduzca, como una... Leer más →

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