Se busca

Ella llega, con su pelo suelto, a conquistarlo todo. Como un torbellino arrastra a su paso los cuerpos inertes de los amantes que la han buscado mientras oculta en sus manos el arma homicida. Se cuenta en los pueblos que miles han intentado capturarla y, sin embargo, nadie ha conseguido detenerla. Incluso peor, ninguno ha... Leer más →

Notas de mujer

Hacía ya un tiempo que no soñaba... ya no se me dibujaban en la memoria cuerpos desnudos y no me despertaba con esa urgencia que hace cruzar las piernas. Ya los contornos lúdicos no se me aparecían en espejismos. Y estaba triste. De alguna manera María se las había arreglado para esconderse y desaparecer de... Leer más →

El vestido rojo

De vez en cuando -me cuenta María- me entran unas ganas terribles de ponerme el vestido rojo con que lo conocí. Es tan descarado el color que no puedo sino sentirme lista para la acción, me vuelven las ansias de muchachos ingenuos y salgo a la calle en busca de carne fresca… carne que me... Leer más →

Locuras

Hay locuras que son poesía, hay locuras de un raro lugar. Hay locuras sin nombre, sin fecha, sin cura, que no vale la pena curar... Ella no es de las mujeres que tienen los pies en la tierra: Ann es de las soñadoras. Un soplo de brisa hace volar su imaginación y las luces nocturnas... Leer más →

Ser o no ser

Entre María y Ann se coló me coló una duda. Ann (la rubia, la dispuesta) defendía a capa y espada la fidelidad. María, por supuesto, militaba del otro bando. Hoy reproduzco íntegramente las razones de la pelirroja. Quizás otro día les detalle las de Ann. Soy infiel, irreverentemente infiel, sin complejos ni dudas. Soy infiel... Leer más →

El juego

Te valdría bien mantenerte alerta - le aconsejo a un amigo. Los juegos con la ruleta son peligrosos. Si arriesgas todo al azar puedes terminar volándote sesos, incluso cuando la pistola no está cargada. María ha muerto -me susurra al oído. Esta vez estoy lanzándole los dardos a Ann... y me han dicho que ella... Leer más →

Rumbo a Ítaca

Lo anuncio públicamente: María ha muerto. Anteayer, mientras un tornado asolaba a Oklahoma, despacio, casi sin hacer ruido, regresó a la mar. Ann volvió a tener el control del barco que navegaban. Y aunque el timón aún le parece grande (recuerden que la rubia es pequeñita), lo mantiene firme. Penélope viaja en la cantina enseñándole... Leer más →

Ella baila

María baila entre los espejos mientras Ann pretende atrapar el tiempo. María baila. Se mueve a través de las porcelanas chinas y las cortinas de organdí. Baila. El mundo a su alrededor se disipa. Los niños crecen, las mujeres se hacen viejas, las cortinas se deshilachan. A ella no le importa. Baila. El fuego de... Leer más →

Como María… de vez en cuando.

De María siempre me ha fascinado su total irreverencia a las normas. A pesar de su descaro, siempre defiende sus opiniones y no tiene temor alguno al rechazo público (en especial en reuniones burocráticas). Hace un tiempo, en un debate absurdo, me sorprendió levantándose de su asiento para llamar abyectos a unos conferencistas. Ann, a... Leer más →

El naufragio

Aquel barco de papel naufragaba en la distancia mientras las olas lo iban engullendo despacio. Primero fue una pequeña la que le lamió la proa y luego otra, un poco más grande, lo inclinó hacia babor. Sólo las velas se distinguían entre la espuma que salpicaba a los marineros hasta que, lentamente, estas también desaparecieron.... Leer más →

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