Me acabo de leer A sangre fría, de Truman Capote y he resuelto que si bien no tengo los impulsos criminales necesarios para eliminar a alguien simplemente por el gusto de arrebatar una vida, me solidarizo bastante con los asesinos. Y es que lo maravilloso que tiene el libro es precisamente esto: los protagonistas no... Leer más →
Sueño de amanecer
Él me contaba que allá, a lo lejos, veía el cielo menos azul, que el mar era gris y sin olas y que en las noches se preguntaba si sus estrellas serían las mismas que me dormían. La primera que aparece –me escribía en sus cartas- tiene tu nombre. Y yo… que en cada respuesta... Leer más →
Fue en el 80
Una vez más aparece Jorge de Armas con las palabras justas, con esas palabras que a mí se me quedan en la garganta y que él, tan sabiamente, sabe utilizar. Aquí les dejo un pequeño homenaje al grande. A Santiago feliú, por sus canciones. Fue en el 80, nunca se olviden, fueron amigos de aquella... Leer más →
El tiempo…
En algún lugar del mundo un gigante, solitario, voltea un reloj de arena. En el desierto de esas horas una gota de rocío, de las que aparecen en las dunas, naufraga en un torbellino que las arrastra a través de un túnel. Dentro de la gota límpida un minúsculo hombrecillo arrastra los pies… Cada segundo... Leer más →
Incoherencias coherentísimas
Allá arriba a alguien le ha dado por jugar con el destino, lo coje, lo cambia de lugar, lo sube, lo baja... lo pone viejo. Nada, que se pasa la tarde entretenido. Ya me tiene muy cansada el jueguecito ese. Y más cuando los hilos que corta siempre son los míos.
El cuento
Cuando me escribió diciéndome que revisara el gmail se me hizo un nudo en la garganta... sus correos siempre despiertan emociones. Esta vez, para no romper con la tradición, sus letras me dejaron los ojos llenos de esa sustancia milagrosa que se llama alma... o lágrimas. Todo depende de quien las invoque. Un cuento fue... Leer más →
Sólo un beso…
Esta es una historia que conmueve… de esas que humedecen los ojos. Yo, sinceramente, se las recomiendo.
por Jorge de Armas

“No vengas con los besos exactos,
yo tengo cambio”
Se llamaba, pongamos que Nancy. Una chica de izquierdas, venezolana, con muchas ganas de comerse el mundo extirpándole a bocado limpio la esencia explotadora al capitalismo. Para completar su educación en el anarco marxismo leninismo, se fue a Cuba a estudiar, pero como la izquierda también se piensa a sí misma como artista, sin voz para cantar, ni habilidad para el dibujo recaló en la Facultad de Artes y Letras, y dos asientos más allá del mío, estudió Historia del Arte.
En ella vi una posibilidad, nunca la amé, nunca me enamoré. Me atraía su tez amulatada, más cerca del cobrizo taíno que del afro, sus ojos, negros como el canario de Martí, y la pausa melancólica de su castellano. Me molestaba su pulcritud excesiva, y que hablara mucho justo cuando despertábamos. Me gustaban sus pezones oscuros…
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Sin ti
Muchas cosas me dieron en este mundo: sólo es mía la pura soledad. El silencio de esta ciudad ruinosa me carcome los oídos. No escucho reír a un alma. Hoy todos lloran; los niños berrean en sus cunas mientras los viejos se ahogan en alcohol por las esquinas. No sopla por la calle ni el... Leer más →
Un café
Te invito a un café, me anuncia inmenso, como si de su boca un milagro le naciera. Te invito a escaparnos por un rato… como si de la taza un mundo nos brotara. Te invito a una orgía de sabores, y es que sé que la canela te da ganas...
Resurrección
Aquella mujer desnuda que abrazaba a la farola se me hacía familiar conforme la luz crecía. Marcas de dientes se entreveían en sus brazos y de su pie derecho, duro, blanco, frío, le nacía un grillete. Llena de ampollas estaba la mujer desnuda. Su pelo, que otrora había sido largo y voluminoso, era apenas conformado... Leer más →