Según una canción de la Casal puede ser que dijeras adiós porque no te comprendía, puede ser que la vida te dio justo aquello que querías… pueden ser tantas cosas…
¿Quién sabe?, lo cierto es que te marchaste, tomaste tus alas y saliste por la puerta ancha. No miraste atrás. En esta despedida sin letras, sin voces, sin papeles… fui yo la que quedó triste, esperando, quizás, ese abrazo que nunca llegó. Te fuiste de mi vida en mi ausencia, tu adiós fue un poco cobarde… de esos que hay que pronunciar en susurros porque de otra manera se escapan. Fue un adiós ligero, tenue… fue un adiós a media luz.
Tú, hasta en la última despedida, me regalaste un beso.
Esos adioces también son saludables.
Mientras solo sean despedidas «ligeras» y no «eternas», mientras terminen en besos y no en lágrimas… Son saludables.
Esa despedida fue la de mi abuelita, no me dio tiempo a abrazarla.
los adioses son asi de asincronicos
casi siempre una de las partes no esta de acuerdo
o ambas
a veces tienen que pasar cosas tristes, inevitabilidades
un beso fantasmagorico para ti
Gracias por el beso y por las letras. Se extrañaba tu presencia.
Espero que nuestra despedida no llegue.