La invasión

Ayer descubrí musarañas en mi cuarto. Andan dos rondando la vela negra que nunca enciendo y una tercera se ha hecho, con una de mis medias, una hermosa camita de almohadas blancas.

Hoy, espiando entre las cortinas, constaté que las de la vela son amarillas y se pasan la noche entera jugando a prenderle fuego a la pequeña bola de cera que se desespera cada vez que encienden un fósforo. También confirmé que el robo del calcetín fue llevado a cabo por una mamá morada que necesitaba descansar cómodamente y que hay pelusillas malvitas regadas por el piso.

Ya no tengo ni acceso al escaparate. Estas pijas musarañas se han metido de ocupas en mi casa y no me han dejado un espacio libre. Solo espero que no se enteren mis fantasmas. Se podrían poner hasta celosos.

7 comentarios sobre “La invasión

Agrega el tuyo

  1. Para que digan que mirar a las musarañas es perder el tiempo, ahora solo me falta que derribes el mito de las vacas mirando al tren, aunque me cuesta imaginarte de vaca.

    Besos niña.

Replica a Dessjuest Cancelar la respuesta

Blog de WordPress.com.

Subir ↑