Recordando

Sus ojos eran negros, casi azabaches… y tristes, muy tristes. Tenía los ojos más tristes que había visto vivir. La melancolía se le desbordaba en la mirada y no pude más que sucumbir a los lazos de su nostalgia. Las estrellas y  el vino tinto fueron el perfecto acompañamiento de un crepúsculo un tanto mágico.

Hoy, cuando las letras me traen su recuerdo, siento que el viento llega y me regala su abrazo.

7 comentarios sobre “Recordando

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      1. Oh! Pero no lo sientas, recuérdalo con gentileza… y tal vez, dibújalo con la magia de lo pasado y encontrarás el límite de la fotografía, que no se deja enriquecer.

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