Sus letras poseen, tengo que admitirlo, el poder del exorcismo. Sus oraciones amarran a las patas de la cama mis sensaciones y las vapulean, sin misericordia, arrancándole las palabras.
He sido violada una y mil veces por sus historias. No me arrepiento.
Si soy sincera… lo he disfrutado.
quién es él…cuenta
alguien… quizás un libro, una sombra, un fantasma.
Quien pudiera escribir así… 🙂
Quién, (fe de erratas)…
«¿A qué dedica el tiempo libre?»
pues a lo que se dedica un hombre después de escribir… usted a qué cree??
Mi entrecomillado era una cita cultísima (Jose Luis Perales) no porque en realidad me quitasen el sueño las posibles actividades de su violador, quería simplemente hacer alarde de cultura. ¡Ah, chiquilla…! Tenga cuidado con lo que pide al universo…
huyyyyy…. que miedoooooo!!!! 😛
Pues uno también disfruta el post. Si eres buena alumna (de lo cual pocas dudas caben) esta entrada es hija de sus palabras.
Anda chica, que envidia de vos tengo.
Susurradme su nombre, porfis, prometo rival de vos no ser, tan solo cómplice quizás.
Te lo diría con gusto querida Ericka, pero me lo prohibieron terminantemente. Si te lo digo luego tendría que matarte 😦
y eso no me conviene, porque te pierdo de visitante 😉
je, me gusta tanto este post como las violaciones de letras, y la etiqueta que creaste…y le pusiste, jaja, malosa!!
es que una etiqueta (porno)sotras 😉