El hombre se acuesta temprano. No puede conciliar el sueño.
Da vueltas, como es lógico, en la cama. Se enreda entre las sábanas. Enciende un cigarro. Lee un poco. Vuelve a apagar la luz. Pero no puede dormirse. A las tres de la madrugada se levanta. Despierta al amigo de al lado y le confía que no puede dormir. Le pide consejo. El amigo le aconseja que haga un pequeño paseo a fin de cansarse un poco. Que en seguida tome una taza de tilo y que apague la luz. Hace todo esto pero no logra dormir. Se vuelve a levantar. Esta vez acude al médico. Como siempre sucede, el médico habla mucho pero el hombre no se duerme. A las seis de la
mañana carga un revólver y se levanta la tapa de los sesos. El hombre está muerto pero no ha podido quedarse dormido.
El insomnio es una cosa muy persistente.
Tomado de «El libro de la imaginación», pág 19.
me describes a la perfección aunque aún tengo intacta la tapa de los sesos
esperemos entonces que no te la vueles 🙂
o que sea dormido si es que un día logro dormir lo suficiente como para soñar que me vuelo esa tapa
Mar, me quitaste el sueño con este post. Y para llenar mi vigilia, te abrazo.
Más que bienvenido el abrazo… un beso somnoliento para ti.
Qué tiempos aquellos en los que se contaban ovejitas, un poco drástico lo del tiro, si encima no es ni efectivo.. pues eso, que cuente ovejitas.
Yo cuento muchachas adorables para dormir, empiezo, «Mar….. otra vez Mar…..»
jajajajaja… tenga cuidado entonces con los sueños, señor D, no se le vaya a mojar la cama 😛
El sueño, el dormir, está sobrevalorado. Te lo digo yo que en mi calendario los números no son días sino noches.
En eso estoy muy de acuerdo… hay cosas que en las noches vienen mejor que dormir.
Me encanto! Gracias por compartir!
Un placer haberle sido de utilidad 🙂
Está muy bien. Cuando hay que dormir, hay que dormir (lo cual significa que no estoy cien por ciento de acuerdo con la última sentencia del texto, el cual es muy bueno. No olvidemos que muchos han relacionado el sueño como una pequeña muerte y la muerte como un sueño eterno. Es decir que el hombre sí se durmió, aunque con el más potente de los somníferos.).
Cariños y dulces sueños.
Pues para usted una noche sin pesadillas 🙂
Gracias querida, pero lo que yo tengo que erradicar son las pesadillas diurnas. Las nocturnas me tienen sin cuidado; es más, las disfruto.
En aquella época no se había inventado el clordiazepoxido, pobre hombre….Con lo mágicas que son las noches a veces y el rechazándolas!!
Yo creo que con una benadrilina hubiese bastado.
Yo creo que con una benadrilina hubiese bastado.
El título es EN
el insomnio.
Relata aquello que ocurre durante el insomnio.
Pues tienes toda la razón… 😦