Él la mira desde su metro y medio de estatura y, a bocajarro, le suelta una de esas preguntas morbo-asquerosas que espantan.
Ella, con el más fino autocontrol que he visto en mi vida, sonríe, se le acerca y en susurros, para que nadie más que él se abochorne, le sisea al oído:
–Mírame, ¿te gusta lo que ves?… Ahora mírate a ti.
contundente! 🙂
Toda una señora, con clase y savoir fer.
La clase, querido insomne, se lleva hasta en los insultos.
Gualaaa y gurrumido quedose…! Fijo.
b7s.
Qué bella maldad… pero bueno, hay gente que se lo merece, en eso estoy de acuerdo. O, mejor dicho, estoy en desacuerdo con aquellos que pretenden que en todo momento uno sea «educado», «medido», etc. A veces hay que pegar un palazo moral al que lo merece. Bien por ello.
Borgeano… no sé por allá, pero aquí hay cada personaje suelto en la calle que dan ganas de matar.
Entiendo querida. Yo hace poco hice y subí a mi muro de Facebook un cartelito que decía: «Hay gente que está viva porque dispararles es ilegal». Es decir que conozco a un par, los hay en todos lados.
Cariños.
Debería existir una ley contra la estupidez.
Yo firmo el petitorio ya mismo.
El problema está en que si se ha atrevido a preguntar descaradamente es porque él tiene un alto valor de si mismo, y probablemente le contestará que si 🙂
Coincido con los demás en que ella es una señora.
un saludo
limpio y certero, contragolpe digno de las armas divinas.. ..y de las terrenales que valoran en su justa medida el lenguaje y la comunicacion como medio de unir y no de separar..
yo creo que a veces no hay ni que malgastar las palabras en quienes no las merecen… no obstante, su comentario me parece que sí se gana un abrazo. 🙂