Por sacarme una sonrisa te quedaste sin cordones. Hiciste con tus zapatos una cuerda y te lanzaste en caída libre por la ventana. ¿O fue al revés? Ya no me acuerdo.
La luna menguaba para esconderte y en la penumbra tu voz brillaba. –Abre el balcón -me despertó una piedra- traigo Nutella de contrabando.

Yo de hecho haría la cuerda de nutella.
Y los condones, ah no, que eran cordones, juer qué error más tonto.
si la hacen de Nutella no llega al balcón, me la como por el camino 🙂
en un lugar donde la nutella es contrabando, yo sería el rey, te haría una cuerda interminable
Ah Carlos… entonces qué hace usted por allá, si aquí tiene su reino!!
tratando de conquistar un reino más?, abrazos y besos corazón
oh, querida Nutella… ya sabía, si hasta le ibas a hacer una carta, una declaración de amor a la Nutella!!
Felicidad, definición: una jarra llena de Nutella.