No me busques las letras- le amenazo. No me tientes las manos.
Controla esos textos dardos y guárdate los comentarios allá donde la «seguridad» te aguarda. No quieras -por segunda vez- convertirte en llamas.
El humo puede (y sé que recuerdas) cerrarte la garganta.
gulp!
Textos dardos, si.. así podrían llamarse, se contienen hasta que se desbordan en afluentes de palabras que los dedos no contienen
sí… el problema es cuando esos textos dejan damnificados.
Si.. lo sé de primera mano, he herido a gente muy querida
Sentí tus palabras, me perdí en ellas, el humo de mis llamas ha causado estragos
no lo dudo 😉