¿De qué color es la esperanza?, me pregunta la niña intranquila que ocupa el cuarto de al lado. ¿Verde? respondo temerosa, mientras me viene a la cabeza aquella canción infantil que tanto pasaban por la televisión cuando yo tenía su edad. La esperanza es verde. Y después de afirmarlo, me voy creyendo la respuesta.
Si hubiera que elegir un color al sentimiento, por qué no elegir el color de los árboles. Fue a su sombra que aquella noche sin luna te robé mil besos. Y fueron ellos los que, en aquel parque con río, te enredaron a mis piernas.
La esperanza tiene, por fuerza, que disfrazarse de verde, lo sé porque tus ojos la reflejan.
Yo siempre he pensado en azul, como el cielo.
Bueno, supongo que la esperanza se disfrace diferente para cada uno. Al fin y al cabo, como mujer al fin, debe tener guardados muchos vestidos.
la esperanza es olímpica: tiene el mismo color que el agua del tanque de clavados de rio de janeiro 2016… jeje…
pues sí… esperemos que no tenga la misma cantidad de infecciones 😛
la esperanza no tiene peste, verdad?
No, ella es muy limpiecita.
Muy bonito…. comparto el mismo color con el que aún me animo a creer!Un beso desde mi rincón.
Pues otro beso de vuelta… y gracias por la visita.
la esperanza nunca se debe perder, que precioso.
Gracias… un brindis por lo verde!
Verde es el color de la vida también, por la naturaleza y el mundo, y tal vez por eso la esperanza debe ser verde, porque la vida es esperanza.
Muy bonita Marian 🙂
Pues algo así… lo que crece generalmente es color esperanza 🙂
Qué lindo ver tanto mar junto!! Un beso desde mi rincóncito. Melina.
Un beso de vuelta, Melina… y un abrazo por la visita.