La verdadera historia del diluvio

Ann tenía tantas ganas de querer, que se vistió de blanco y corrió a la iglesia. Esperaba encontrarse con alguno de esos hombres tristes que las mujeres abandonan a punto de dar el sí, pero sólo vió al cura. Ni un solo abandonado había ese día. Nadie ajeno a la alegría.

Desolada, volvió a su suerte arrastrando el vestido. De tanto llanto se inundó el camino.

8 comentarios sobre “La verdadera historia del diluvio

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  1. Tiene la maravillosa inocencia de Gila al preguntarle al cura si la novia la ponían ellos o tenía que llevar una, la frescura de una idea tierna y el amargo sabor de la frustración en grado yo ya me conformo con cualquier descarte.
    Me ha gustado mucho, y eso es lo que más importa.👍

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