Karma

Dice mi nieta, que es la única en la casa que me presta alguna atención, que nosotros los viejos tenemos que cuidarnos porque el “karma” del mañana puede volverse contra uno. Ahora le ha dado por las cosas esotéricas y lleva siempre en el cuello colgalejos con piedras raras. Ya ha tratado varias veces de explicarme el significado de cada uno, pero yo, la verdad, no entiendo ni quiero entender. A mí me enseñaron que hay un solo Dios y uno no debe andar metiéndose en brujerías de ningún tipo. Lo del “karma” es una palabrita nueva para referirse al castigo divino, porque, aunque a veces al de arriba se le olvide hacernos caso, ese lo ve todito, ni una se le escapa. 

Mi hijo, por ejemplo, piensa que estoy loca porque soy vieja. Cada vez que le digo algo, sale con la misma matraquilla de siempre: “Mamá, eso era en tu época, los tiempos han cambiado”. Y yo no sé cuál es el cambio ese del que me habla porque hay cosas que, digan lo que digan, no van a cambiar nunca. Eso de que la mujer ande saliendo sin su marido me parece tremendo libertinaje. La que era mujer de Evelio se lo hacía a cada rato. Él se hacía el moderno y todo, pero luego venía por la noche a quejarse “¿mamita, tú crees que ella ande con alguien?” Yo no me explico eso, criar con tanto esmero a los hijos para que luego salgan así, flojitos. El hombre que es hombre no deja que su mujer salga sola a la calle. ¿Habrase visto tanto descaro? Un alivio que la Martina esa saliera de esta casa. Imagínate tú, tenía la manía de estar queriendo cambiar los muebles de lugar… y eso sí que no, que para eso esta casa es mía. Si hasta me le tuve que enfrentar y todo, le dije que si quería cambiar las cosas de su sitio tenía que esperar a que yo me muriera. ¿Que qué me respondió? La muy ordinaria me dijo que para eso no faltaba mucho.
El insulto que cogí fue tal, que esa tarde me tuvieron que ingresar en el Cardiovascular porque pensaron que me moría.  La verdad es que yo también exageré un poco delante de la familia, pero todo fue por el bien de Evelio. Justo después de aquello fue la separación. 

Por cierto, Mercedes, ¿tú no sabes si está lloviendo? Yo creo que esta casa tiene filtraciones. 

Por donde iba… ah sí, te contaba de Evelio. Afortunadamente, ahora está más tranquilo. Es del trabajo a la casa y de la casa al trabajo. Aunque sigue diciéndome que estoy atrasada cada vez que puede, al menos me respeta más que Robertico. 

¿Qué tú no te acuerdas de Robertico? Pues alégrate, ese muchacho va a ser mi perdición. Con 50 años en las costillas y aún no me ha presentado una mujer decente. Siempre con la guitarrita a cuestas y el pelo largo ese que no se acaba de cortar. Ahora dice que es “trovador” y se pasa el día durmiendo y las noches fuera. Lo que más me preocupa es la juntamenta que tiene con el pajarito de la esquina. Sí, con ese mismo. No te acuerdas de mi hijo, pero sí del otro. Parece mentira Mercedita, con lo atenta que siempre fui yo con los tuyos. Y eso que eran “buenas perlas”. Sí, sí, no me lo restriegues, por lo menos los tuyos te respetan.

¡Me caso en diez! Me cayó una basura. Mira que se lo tengo dicho a Evelio, cualquier día se nos cae el techo en la cabeza, pero ni él ni Robertico se preocupan nunca.

¿Que si ya hice testamento? ¿A qué viene eso, Mercedes? No, que voy a hacer testamento de qué… eso es llamar al Diablo.  Nadie se va a quedar con esta casa. Si acaso mi nieta, aunque con las fachas que trae no me convence mucho. Pero ninguno de mis hijos me va a sacar de aquí, que una escucha muchos cuentos de vecinos y no quiero que me internen para poder quedarse con la casa. ¿Que no exagere? Ninguno de los dos parece hijo mío. Salieron flojos como el padre. 

En un rato la que debe estar al pasar es Karla, lo único decente que salió de la Martina esa fue la pobre niña. Igual yo sé que viene a verme por el dinero que le doy mensual, que tampoco es que me quiera mucho. Siempre con las boberías esas de que tengo que ser más cariñosa con mis hijos, que luego la vida me va a devolver las cosas que hago mal. Tonterías de chiquilla caprichosa. Yo no tengo nada de lo que arrepentirme. Si ya con Antonio, que en paz descanse, tuve que aguantar bastante. La pila de mujerzuelas esas que desfilaron por el barrio me las tragué, como debe hacer cualquier mujer que se respete, y nunca me quejé cuando llegaba borracho. Para eso la mujer se casa, para atender al marido. ¿Qué no es para tanto? ¿Me vas a salir con lo mismo que Karlita? No me digas que a esta altura te crees eso de “la igualdad”. Esta historia de que la mujer bote al marido de la casa o se vaya ella por una infidelidad es un modernismo de ahora. Por eso los matrimonios no duran nada, los hombres son diferentes de nosotras, ellos necesitan estar otras mujeres, siempre ha sido así y siempre lo será. La mujer que está con otro hombre tiene que aguantárselo. ¿Que por qué no puede hacer lo mismo? ¿Tú eres tonta Mercedes? Pues porque no, ¿en dónde se ha visto eso? No se puede confundir libertad con libertinaje. Para ellos es normal, pero para mí, la mujer que haga lo mismo es una puta. 

En fin, ya… no me quieras convencer, te dejo ya que tengo cosas que hacer, le dije a Evelio que me iba a ocupar de la comida pero Karla no quiere que cocine el pollo porque ahora le ha dado por la tontería esa de solo comer vegetales. Asco de familia. 

Ay, mierda, otra basura. No sé qué tiene esta casa que el techo se descascara. Un día de estos me va a caer el techo arri…

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