Durante el último año de la Segunda Guerra Mundial, en Hungría, miles de judíos del gueto de Budapest fueron arrojados al Danubio.
Eran obligados a descalzarse, quitarse la ropa y después los ataban en fila. Los guardias disparaban a la cabeza de par de ellos y luego los empujaban a las aguas frías. Los que no morían de un tiro morían ahogados.
La hilera de zapatos, justo a una de las orillas del Danubio, pretende recordar a las víctimas. Aquí no hay flores, pequeñas piedrecitas llenan los zapatos.
Para los judíos, las piedras representan la inmortalidad del alma.
Hola Mar, gracias por volver a escribir.
Quiero creer que volviste porque te empujé un poquito. 🙂
Un poquito, sí 😉