El tatarabuelo de los árboles (o al menos uno de ellos) se encuentra en el jardín de la Academia de Atenas, esa institución que fundó Platón en el siglo IV a.C. Se cree que este olivo tiene más de 2.400 años de edad, lo que implica que ya estaba creciendo cuando Platón caminaba por ahí.
Cuando estuve en Grecia, con todas sus ruinas mirándome desde el piso, ese árbol me hizo levantar la cabeza. Sólo de pensar que había sido testigo de siglos de historia y de las discusiones y enseñanzas filosóficas que tuvieron lugar en ese lugar, me volvía a sentir una adolescente asomándome a través de los libros a un mundo que no era el mío. Era como si cada hoja y cada rama contuvieran un eco de la eternidad.
En Atenas, El Olivo de Platón es considerado un símbolo de sabiduría y longevidad. A pesar de su edad, sigue produciendo olivas hasta el día de hoy.
Un pedacito de Mar 
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