Un hombre que cultiva un jardín, como quería Voltaire. El que agradece que en la tierra haya música. El que descubre con placer una etimología. Dos empleados que en un café del Sur juegan un silencioso ajedrez. El ceramista que premedita un color y una forma. Un tipógrafo que compone bien esta página, que tal... Leer más →
Peregrino
Luis Cernuda tiene un poema agridulce sobre la dicotomía del que emigra. Su primer verso comienza con “Volver”, una palabra muy poética que, no obstante, puede tener significados muy distintos dependiendo de a quién se le pregunte. Para quien tiene a quién —o a qué— regresar, la palabra implica felicidad: una especie de saudade a... Leer más →
La confesión
Ana me dijo hace poco que no era feliz. Ana tiene un matrimonio largo, lleva casi 16 años con el marido, pero dice que ya no es feliz. Me cuenta que sabe que Vicente es bueno pero que ya acostarse con él, más que rutina, es tedio. Vicente -me dice- no ha cambiado nada, sigue... Leer más →
Hora de la ceniza
Hay poemas que no se deben leer estando tristes so pena de catarsis. Este es uno de ellos. Finaliza septiembre. Es hora de decirte lo difícil que ha sido no morir. Por ejemplo, esta tarde tengo en las manos grises libros hermosos que no entiendo, no podría cantar aunque ha cesado ya la lluvia y... Leer más →
Ahora que el amor
Ahora que el amor es una extraña costumbre, extinta especie de la que hablan documentos antiguos, y se censura el oficio desusado de la entrega; ahora que el vientre olvidó engendrar hijos, y el tobillo su gracia y el pezón su promesa feliz de miel y esencia; ahora que la carne se anuda y se desnuda, anda y revolotea sobre la carne buena sin dejar perfumes, semilla, batallas victoriosas, y recogiendo en cambio redondas cosechas; ahora que es vedada la ternura, modalidad perdida de las abuelas, que extravió la caricia su avena generosa; ahora que la piel de las paredes se palpan varón y mujer sin alcanzar el mirto, la brasa estremecida, ardo sencillamente, encinta y embriagada. Rescato la palabra primera del útero, y clásica y extravagante emprendo la tarea de despojarme. Y amo. Ana Istarú
La última tarde
Hoy era la última tarde. Usted no paraba de hablar -lo hubiese matado- y a mí me ardían las uñas cuando nos despedimos en la parada del autobús. Ni un sólo beso.
Casualidades
A veces la vida sorprende con ciclos hermosos. Este libro me lo regaló en Sofía un amigo griego. Va de historias en las que los protagonistas se enlazan con la iglesia Santa María del Mar, allá en Barcelona. Hace menos de un mes me paré en frente de la iglesia y me acordé del libro.... Leer más →
Santiago Berti
Ya no importa, te lo aseguro. No tienes porque darme explicaciones. Hace mucho supe que te habías marchado. Ya te había perdido desde hace tiempo. No lo quería aceptar. Pero hoy te lo digo con toda certeza - ya no importa-. Dejé de esperar escuchar tu voz por las noches. Poco a poco perdí las... Leer más →
El pánico macho
Uno de los mitos más antiguos y más universales, cuenta que la primera noche yacían juntos la mujer y el hombre... cuando él escuchó un ruidito amenazante, un crujidero de dientes entre las piernas de ella y el susto que cortó el abrazo.Los machos mas machos del mundo (la verdad sea dicha) tiemblan todavía.En cualquier... Leer más →
Leo lo que escribí de ti y de mí
Leo lo que escribí de ti y de mí en esos días de tanta lluvia, con Bach y los naranjos de contertulios ante el fuego y los catarros, las pupas, las mutuas manías, advirtiéndonos de aquella bomba colgada del tiesto de las glicinas que oscilaba sobre nuestras cabezas sin llegar a caer, contenida por el... Leer más →